jueves, 4 de marzo de 2010

Voy cruzando las fronteras... sin darme cuenta (quizá)

Salgo de León con Max, canadiense él. Los dos vamos para El Salvador, aunque no tengo decidido a dónde, todavía.

Tomamos dos bondis hasta la frontera con Honduras (dato insólito: para salir de Nicaragua hay que pagar 2 dólares, sólo en dólares, no aceptan córdobas, la moneda local) y uno más dentro de territorio hondureño, desde el límite con Nicaragua hasta el límite con El Salvador. Los trámites de migraciones son rápidos ya que estamos dentro del CA-4 (tratado entre Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala) y no hay sellos de entrada ni salida.

Entrando a El Salvador me encuentro con Eric un chileno que ya e había cruzado en Costa Rica y Nicaragua. Estaba viajando en un auto prestado con una amiga hondureña. Iban a una playa y nos invitaron a subir. Así que nos encontramos en un Honda Accord coupé, con aire acondicionado, comiendo sanguchitos y galletitas y viajando mucho más cómodos...


La charla va y viene. Viajes, países, culturas, etc. Max habla español muy bien así que entiende casi todo, aunque el chileno no se esfuerce en hablar en un idioma más parecido al castellano... Eric maneja el auto, el iPod, el mapa y las provisiones. Todo junto. Mientras sube más y más el volumen de la música, mete cambios en la caja... automática.

Se hace de noche y decidimos parar en una playa anterior al destino previsto, sólo para pasar la noche. Es un balneario muy concurrido los fines de semana, navidad, semana santa, etc. Pero es lunes y está desierto. Se llama El Cuco, un pueblito de pescadores. El hotel tiene pileta y nos refrescamos antes de la cena. Ahí metidos, le pregunto a Andrea por la situación en Honduras. La respuesta me deja helado: que por suerte lo sacaron a Zelaya, que el golpe tendría que haber sido antes, que el hermano es militar y que el padre era policía... Para cerrar la escena, Eric comenta que su padre también es "carabinero" en Chile y que por fin volvió la derecha y que la Bachellet era una inutil...

"Cara de póker, Nico, poné cara de póker..."

A las 7am del martes salimos de El Cuco. A mitado de camino (otra vez con la música al mango) la aguja de la temperatura se dispara. Yo me hago el boludo, no vaya a ser que me hagan laburar porque soy ingeniero y tengo que saber de autos... Avanzando de a 500mts llegamos a una estación de servicio. El dueño nos ayuda, nos explica el problema y asegura que el mecánico de al lado lo puede solucionar. Efectivamente, eliminando el termostato ("Esto sólo sirve en gringolandia, porque hace frío") el motor vuelve a la normalidad.

El dueño de la gasolinera (bencinera en chileno), Sr. Ortega, nos invita a su oficina. Otra vez, los viajes, los países, etc. Nos cuenta que su familia murió en un terremoto hace 10 años. Que todos los fines de semana le roban en alguna de las estaciones de las que es dueño. Que todos sus autos son blindados, y que el anda siempre con una pistola y una Uzi encima... Chau, Sr. Ortega, gracias por la ayuda.

Al mediodía, por fin, llegamos a El Tunco. El chileno me invita a seguir el viaje con él, en el auto, por El Salvador y Honduras.

Cortesmente le respondo: "Gracias... pero no."

3 comentarios:

  1. Como practicamente desde el secundario que no hablo con vos, me alegra saber que tu pensamiento no es coincidente con el de los dos personajes que mencionaste,por favor me indigna!...mejor sólo que mal acompañado. Suerte.

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  2. sí yo tb en europa me encontré con gente de honduras que tomaban como lo más natural al golpe de estado y lo justificaban como un medio "legal" de cambiar las cosas. ay ay.

    Abrazo! sgo

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  3. Ya está todo dicho....en el mundo hay de todo!!!!!
    Sólo te mando besos...y comento otros blogs!

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