jueves, 30 de abril de 2009

La ciudad de Jorge

Guyana, la ex-británica, es la más caribeña de las tres regiones. Y la más pobre también. Llegué a Georgetown el domingo, pasado el mediodía. Llegar a una ciudad (y a un país) en domingo es lo peor. Peor que llegar de noche. Todo cerrado, nadie en las calles. Hacía mucho calor y ningún lugar para refugiarse. La habitación del hotel era el peor lugar, encerrado mal. Imposible dormir una siesta. Tardé en conseguir un cajero que aceptara Visa, así que estuve un rato largo sin plata y sin poder comer. Cuando lo logré, me metí en un fastfood de pollo frito y me quedé una hora disfrutando el aire acondicionado y mirando un parido de cricket… Es el único deporte que no conozco las reglas ni entiendo como suman los puntos. Y nadie me supo explicar.
Desde la ventana del hotel veo un parque con canchita de basket tipo Bronx, solo le faltaban las cadenas en lugar de aro. Me calcé los cortos y me mandé. Así que pasé de bailar con las holandesas a bailar con negros que me sacaban dos cabezas…

Mentira, ni me dieron bola aunque estuve una hora mirándolos en el 3 contra 3 de ½ cancha, pero el chiste quedaba bueno.

Nunca me hallé en Gtown. Estaba como perdido, aunque no geográficamente, ya que la ciudad es un damero perfecto. No me sentía seguro. De hecho en un momento un señor se confundió y metió SU mano en MI bolsillo. Pero fue un error, no creo que me haya querido robar…no? Igual el único bolsillo sin cierre ni botón de mis bermudas estaba vacío, obvio. Semáforos inentendibles, veredas inexistentes, y la circulación por la izquierda a la que nunca me acostumbré…

Salí sin mi mochila (libros, cuadernos, guía, etc) así que me sentía más solo aún. Y si bien la guía dice que se puede recorrer la ciudad en un día, es mentira. Yo lo hice en una mañana. Para destacar, la Catedral de San George que es supuestamente la construcción más alta y más grande del mundo hecha completamente en madera, y no mucho más. La costanera, similar a la de Baires, tiene una particularidad: el Océano Atlántico aquí está al norte (Venezuela y Colombia será igual).


Después hice tiempo hasta las 21, hora de partida de mi micro a Lethem, la frontera con Brasil. Encontré locutorio con promo de mitad de precio los lunes, así que hablé barato. Cuando le dije a la chica a donde llamaba, se puso a cantar “Don`t cry for me Argentina…” y le tuve que explicar lo que era, ya que no tenía idea lo que estaba cantando. Lo cómico es que mientras comía algo en el bar del hotel antes de salir, sonaba la misma canción…Insólito.

Ya que las últimas entradas del blog tenían canción por distintas razones, voy a seguir con la tradición. Aprovechando la ciudad medio jamaiquina, medio reggae, les dejo una reflexión del tio Bob. Es una frase que vi en un afiche en la ciudad y se la mandé a dos personas muy especiales en distintos mails. Acá se la dedico a mi hermanita:

You just can't live that negative way
You know what I mean
Make way for the positive day

(B. Marley, Positive Vibration)

1 comentario:

  1. como mamá tuya y de tu hermanita...una sonrisa y una lagrimita...
    Nunca te vas a quejar de la disparidad de experiencias, no??
    con amor

    ResponderEliminar