sábado, 26 de septiembre de 2009

The City of blinding lights

Si bien no hay una esquina como Times Square, con sus miles de lamparitas y leds brillando y titileando constantemente, la Ciudad de Panamá encadila. Por sus icontables rascacielos (y unos cuantos más en plena construcción), sus miles de comercios, centros comerciales y publicidades, sus hoteles de lujo, sus casinos y sus autos sin patente ¿?...

Definitivamente no parece una capital de Centroamérica (ya sé que es la primera que conozco, pero por lo que me imagino y lo que me contaron). Está muy desarrollada como un polo de negocios continental y mundial, tremendamente influenciada por la cultura yanki, con la que convivieron codo a codo durante más de tres cuartos del siglo XX. También tiene un casco viejo, pero no se compara con el de Cartagena.

Los supermercados merecen un párrafo aparte: miles de marcas, miles de productos, variedad y más variedad. Bien ganado tiene el apodo de "Miami del Caribe"... Tanta oferta termina mareando en lugar de beneficiar al consumidor.

La historia del Canal es muy interesante, tanto la construcción como la "pelea" diplomática que sostuvieron durante más de 50 años para obtener el control total sobre el funcionamiento y las tierras adyacentes. Pero no les voy a dar una clase de historia, así que no se preocupen...
Yo me enteré de muchas cosas en el museo de Canal Interoceánico, pero sobretodo rescaté algunas frases que me impactaron:

"The land divided, the world united" fue la marketinera frase que hizo imprimir Roosvelt en una medalla otorgada a todo trabajador que cumpliera 2 años seguidos en la construcción del canal.

Hablando sobre las muertes durante la construcción (derrumbes, malaria, fiebre amarilla), en el museo dice que "...fue el precio pagado por un segmento de la humanidad para que el resto de los hombres pudiese gozar y beneficiarse de los progresos del transporte mundial"

En un monumento: "Las fuerzas vivas del pueblo francés, genialidad innovadora, fe en el porvenir y confianza en la eficiencia del esfuerzo, se incorporaron a la acción enérgica, idealismo dinámico y espíritu previsor y práctico del pueblo norteamericano; y así fue posible la subordinación de la naturaleza rebelde a la voluntad de dos razas"

"Ni millones, ni limosna... ¡queremos justicia!" proclamó un presidente panameño para justificar el rechazo de la alícuota que pagaba Estados Unidos en la época de reclamo.



"Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre" Mt. 19:5,6

El debate está abierto. Escucho opiniones.

jueves, 24 de septiembre de 2009

The Be(a)st of the Trips - OriginalSoundTrack

Esta es la banda de sonido del primer capítulo. De Tucumán a Cartagena. Por el lugar, la gente, alguna anécdota, porque lo escuché en un momento particular, o porque sí.

1.- Anfiteatro
Tranki Tronki, de Sergio Makaroff

2.- Pucará
Guanuqueando, de R. Vilca + Divididos

3.- Salta + Iruya
Turdera, de Los Auténticos Decadentes

4.- Salar de Uyuni (atardecer)
Muy Despacito, de Los Piojos

5.- Salat de Uyuni (noche)
One More Time, de Daft Punk

6.- Potosí
Potosí, de La Vela Puerca

7.- La Paz
Tomando Mate en La Paz, de Divididos

8.- Copacabana
Love Generation, de Bob Sinclair

9.- Cusco
Huelga de Amores, de Divididos

10.- Cusco
Cristóforo Cacarnú, de Divididos

11.- Cusco
Think for Yourself, de The Beatles

12.- Machu Picchu
Karma Police, de Radiohead

13.- Machu Picchu
Civilización, de Los Piojos

14.- Huacachina
Lovers are Losing, de Keane

15.- Huacachina
Last Kiss, de Pearl Jam

16.- Lima (hostel)
Human, de The Killers

17.- Lima (atardecer)
Seguir viviendo sin tu amor, de Spinetta (version Catupecu Machu)

18.- Iquitos
The End, de The Doors

19.- Amazonas
Perfect Sense, de R. Waters

20.- Santareim
Cruel, de Los Piojos

21.- Santareim
Te Diría, de Los Piojos

22.- Awala-Yalimapo
Born Slippy, de Underworld

23.- Mana
Imagine, de J. Lennon

24.- Frontera Surinam/Guyana
Clandestino, de M. Chao

25.- Georgetown
Positive Vibration, de B. Marley

26.- Ciudad Bolívar
Cantares, de J. M. Serrat (by Seba)

27.- Isla Coche
Malagueña Salerosa, versión de Chingón en Kill Bill 2

28.- I. Margarita (casa)
Desconfío, de Pappo (by Seba+Ale)

29.- I. Margarita (casa)
Calipso, de Las Pastillas del Abuelo

30.- I. Margarita (casa)
El Sensei, de Las Pastillas del Abuelo

31.- I. Margarita (casa)
San Francisco y el Lobo, de Serú Girán (by Seba)

32.- I. Margarita (casa)
El Témpano, de J. C. Baglietto (by Seba)

33.- I. Margarita (terraza)
El Gordo Motoneta, de Bersuit Vergarabat

34.- I. Margarita (asado)
La Bolsa, de Bersuit Vergarabat

35.- I. Margarita (casa)
Como le Digo, de Rodrigo

36.- I. Margarita (terraza)
Friends Will be Friends, de Queen

37.- I. Margarita (Los Robles)
Married with Children, de Oasis

38.- Punta Arena (atardecer)
Mediterráneo, de J. M. Serrat

39.- Punta Arena (luna llena)
Paloma, de A. Calamaro

40.- Guanta (velero)
Todo Pasa, de Los Piojos

41.- Guanta (velero)
Spaghetti del Rock, de Divididos

42.- Curaçao (ruta Willemstaad)
Sweet Child O' Mine, de Guns 'n' Roses

43.- Caracas
A las Flores, de Nunca Taxi

44.- Buenos Aires (Ezeiza)
Volver, por C. Gardel

45.- Buenos Aires (Ezeiza)
Mi Buenos Aires Querido, por C. Gardel

46.- Cumaná
Ángel de los Perdedores, de El Soldado (by Mateín)

47.- Santa Marta (Rodadero)
Something Beautiful, de R. Williams

48.- Playa Blanca
Five to One, de The Doors

49.- Playa Blanca
I Know a Place, de B. Marley

50.- Cartagena
Green Eyes, de Coldplay

martes, 22 de septiembre de 2009

Como Robinson Crusoe

No hay demasiado para decir. Mar turquesa, islas desiertas, palmeras, sol... Un snorkel, una malla, anteojos oscuros y un par de ojotas es todo lo que uno necesita para disfrutar de este paraíso. Se llama San Blas, y queda en la costa caribeña de Panamá.

Hasta hay islas del tamaño de una habitación, con 1 sola palmera en el centro. Pero también hay algunos yates anclados a metros de la playa poniendo "Color esperanza" a todo volumen... ¿La solución al problema? Me voy a otra playa mas alejada...

No me envidien demasiado, que me pica la nariz...



domingo, 20 de septiembre de 2009

Cruzando el Darién

Para los que no recuerdan sus clases de geografía (o esgrimen esa burda excusa de "fue hace 45 años..."), les comento que se denomina Darién la parte sudeste del Istmo de Panamá, la que se une con América del Sur, digamos. La primera parte es todavía territorio colombiano. Es una zona montañosa y con una muy densa selva, que la hace casi impenetrable, excepto para las FARC y los narcotraficantes. De hecho, no hay ruta. La Panamericana se corta en Colombia y renace unos 200 km después, ya en territorio panameño.

Por todo esto, la entrada a Centroamérica por tierra resulta imposible. Lo que deja al viajero 2 posibilidades; aunque yo nunca consideré tomarme un avión. La simple eliminación nos lleva al cruce por el Mar Caribe.

Desde Cartagena hay una hemosa posibilidad: embarcarse en un velero y emprender un crucero muy placentero que lo lleva a uno directo a las costas de Panamá, pasando por las paradisíacas islas de San Blas. Esta es la opción que cualquiera elegiría, salvo Vero... Sin embargo, se vuelve inviable en el momento en que el dueño del velero exige entre 350 y 400 billetes verdes por el paseo!

Así que llegamos a la opción más aventurera, digna de alguien que se llame a si mismo mochilero:

1er paso: bus a las 4am desde Cartagena. 5hs hasta Montería. Es preciso llegar por la mañana para tomar el siguiente micro.
2do paso: bus de otras 5hs por una ruta imposible, hasta Turbo. Dormir en hotel lo más parecido a una celda de cárcel posible.
3er paso: lancha de 2hs y media hasta Capurganá. Es un pueblito muy pintoresco, ya en el Istmo. Aquí pude ver (emocionado hasta las lágrimas, debo admitir) la gran victoria de la Torre de Tandil en el US Open. Y si bien pensaba visitar unas playas cercanas que me habían recomendado, surgió una posibilidad que cambiaría mis planes.
4to paso: lancha de 1h que pasa por Sapzurro (último pueblo del lado colombiano) y llega a Puerto Obaldía (base militar y primer pueblo panameño). No se olvide de realizar previamente una falsa reserva de vuelo de salida desde Panamá a cualquier lugar del mundo. Si no, será devuelto a tierras colombianas.
Desde aquí la lógica indica ir con otra lancha hasta una isla cercana (con pista para avioneta) y tomar un vuelo hasta Ciudad de Panamá. Pero... En Capurganá me había enterado de un barco carguero anclado que salía hacia San Blas al día siguiente. Di con el encargado y pude coordinar un aventón hacia allí.
5to paso: El martes me embarqué en el M/N Ivana, aunque zarpó recién el miércoles por la mañana, luego de descargar las 1000 bolsas de cemento que habían llevado a Pto. Obaldía.

El barco estaba capitaneado por un colombiano y comandado por sus 5 hijos. Además viajaba un francés que recorre el continente en moto, 3 colombianos y 1 venezolano. De estos 4 últimos, 1 fue deportado de España, 1 de Chile, 2 de EEUU, 2 de Panamá y 1 de Venezuela (ejercicio: realizar diagrama de Venn correspondiente...je). Si bien todos tenían sellada la entrada a Panamá, algunos tuvieron que dejar olvidado un vuelto en migraciones para facilitar las cosas...

Navegamos 2 días enteros, parando en varios puertos y poblados de la comunidad indígena Kuna. Esta comunidad es casi independiente del Estado de Panamá, con su propio gobierno, leyes, etc. Conservan muchas tradiciones, vestimentas, idioma... Viven a lo largo de la costa en pequeñas islas y muy pocos en la costa continental. Mientras cargaban y descargaban los bultos (garrafas y cajones de botellas vacías más que nada) nosotros podíamos bajar, dar una vuelta por la isla y pasear un poco.
En la noche no navegábamos, es una zona peligrosa por los arrecifes, peñascos e islotes que no se ven en la oscuridad. Nosotros dormíamos en el piso, sobre unos pallets (pero sin colchón) porque las hamacas alcanzaban solo para la tripulación.

Aunque no había mucho para hacer más que leer, dormir, escribir y dormir, la pasamos bien. Había mucha buena onda en el barco. Los momentos más divertidos eran cuando aparecían delfines nadando al rededor del carguero y jugando con la espuma de la estela.

Habiendo salido en la madrugada entre el sábado y el domingo de Cartagena, me bajé del barco el viernes por la mañana en la Isla Porvenir, al norte del archipiélago.

De aquí en más, la aventura se llama CENTROAMÉRICA...

Fede Ratas

Leyendo los comentarios, tanto en el blog como por mail, y releyendo algunas entradas, me veo en la obligación de admitir y aclarar ciertas cosas.

A veces, impulsado por una calentura momentánea o simplemente por hacer un relato más entretenido y gracioso, creo que tiendo a exagerar algunas cosas: las malas, o menos buenas (que suelen ser las divertidas...). Es decir, no crean que me pasé 5 días con cara de orto caminando a desgano por el medio de la selva. Obviamente disfruté el paseo, los paisajes, bañarme en el rio y las noches de lluvia. También puteé mucho, por el sol, el calor, los mosquitos, etc, no lo niego. Pero hasta ahora, en más de 7 meses y medio, no me arrepiento de nada de lo que hice.

Estoy haciendo un viaje increíble, y de alguna forma me siento privilegiado por querer y poder hacerlo. Y, créanme, no la estoy pasando mal...

Gracias a los que escriben y a los lectores silenciosos también. Solo me gustaría saber por qué el Nene dejó ese poema y quién es j.w.cooke.

Saludos a todos y sigan en la sintonía...

viernes, 11 de septiembre de 2009

Cartagena, la linda

Lo único malo de Cartagena de Indias es el sol. Y no es una queja, es el comentario constante de muchos turistas. Es que es una ciudad tan linda que invita a caminar todo el día, pero el calor insoportable no lo permite. O sí, si uno tiene suficiente agua y suficientes paradas en comercios/bares/supermercados/etcéteras que proporcionen el aliciente del aire acondicionado, aunque sea breve.

Ya que la ciudad invitaba, yo acepté. Caminé mucho. Recorrí toda la parte amurallada, que es realmente hermosa. Sus callecitas, sus balcones, sus plazas... Entré, después de muchos meses, a un museo, el Museo Naval del Caribe. Si bien no es muy grande, está bien puesto. Todo un salón con mapas y maquetas de Cartagena a lo largo de la historia, los fuertes y murallas y todos los ataques y sitios a los que resistió, por parte de los enemigos de la Corona Española (Francia e Inglaterra). Es que la situación geográfica de la ciudad la hace importantísima. Era considerada la "llave de entrada al Caribe" y era de donde salían todas las riquezas de Potosí hacia El Viejo Mundo. También hay una interesante sala con infografía y material sobre la guerra entre las dos Coreas, en el comienzo de la década del '50, en la que la marina colombiana tuvo una importante participación como parte de las fuerzas de la ONU.

Fuera de la Ciudad Vieja, Cartagena sigue siendo interesante. Está conformada por varias islas e islotes que rodean la Bahía de las Ánimas. También recorrí los barrios de Getsemaní y Bocagrande.

Después de recorrer la ciudad, me puse a programar mi paso a Panamá. Lo que viene, lo que viene...

Que noche, Teté...!!!

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LAS MADRES (SOBRETODO LA MIA) NO DEBEN IMPRESIONARSE.
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Lunes. Me quedé sólo en Santa Marta. Mis amigos israelíes se fueron y yo decidí reposar una noche más en el hermoso hostel antes de salir para Cartagena. Pasé la tarde en la pileta, disfrutando de la tranquilidad, el sol y la colchoneta. Ya de noche fui a por una hamburguesa en la costanera, con la idea de volver y dormirme temprano. Que equivocado estaba...

Al volver a La Brisa Loca, me encuentro con la pileta llena de globos de todos los colores y unas 10 personas al rededor, con diferentes bebidas alcohólicas. Así que pido una cerveza en el bar, dejo el iPod en la habitación y me pongo a hablar con un alemán que sabía español, muy buena onda.

Van pasando las horas y las cervezas. Cada vez más gente dentro de la pileta, bailando. En malla, en bikini o en lencería fina (osada, ella). Llegan chicas australianas, chicos ingleses, unas españolas e irlandeses. Había también 3 rubios que se mantenían medio alejados, suecos parecían...

En un momento, unos british boys se van y vuelven al rato con 2 putas colombianas quienes casi en pelotas se ponen a bailar dentro del agua. A partir de ese momento, empezaron a perder la compostura (los que todavía la tenían). Obviamente no estaban sólo borrachos: empieza la guerra de agua, guerra de globos, bomba al agua, a salpicar para todos lados. Hasta vi pasar una mina persiguiendo a su novio en bolas...!

Se ve que en su estado no podían leer las reglas de la casa:


Como hay habitaciones al rededor de la pileta, el pobre pibe que estaba a cargo esa noche cierra la piscina y nos manda a todos a seguir la fiesta en el bar. Música (by DJ Ferra), más cerveza, más ron y más vodka. Pero faltaba lo mejor, la cereza del postre: veo entrar al bar a 4 flacos que llevaban en andas un espejo de 1 metro de alto, esos que tienen un marco de madera trabajado. Cuando lo bajaron, entendí: estaba lleno (SÍ, LLENO!) de líneas blancas, muy prolijamente armadas. Varios se abalanzaron, cada uno con un billete o papel enrollado dentro de su nariz.
Era una escena de película... Solo faltaba Al Pacino con su camisa semiabierta de J. Montana...!

Después de que subieron al techo, algunos en bolas, ya no sé que más pasó...

Me desperté el martes, cerca de las 11am. En el bar me encuentro al alemán y a algunos de los ingleses, estos últimos tomando cerveza. Le pregunto cómo pueden despertarse y desayunar birra después de la noche que pasaron. "Despertarse? Desayunar? Estos nunca se acostaron. Siguen despiertos y van a seguir despiertos un rato largo..."

Yo volví a la pileta. A seguir descansando...

domingo, 6 de septiembre de 2009

City Bug

¿Qué voy a hacer con tanto cielo para mi?
Voy a volar, yo soy un bicho de ciudad.
¿Qué voy a hacer, cuál es el camino a seguir?
Voy a soñar con ese beso al regresar.

Me acuerdo del día siguiente a mi llegada a Isla Margarita. Por primera vez mojé mis pies en el Mar Caribe, en la playa de la Isla de Coche. Y ahí me dije que desde ese momento, mi viaje iba a ser con ese paisaje. Y mi única preocupación, ponerme protector solar. Pero... (there's allways a but) conocí en Cartagena a una pareja de israelíes. Estuve un par de días con ellos y me dijeron que iban a hacer la excursión a la "Ciudad Perdida". Una especie de Machu Picchu colombiano, trekking hasta unas ruinas de lo que fue una ciudad de los Indios Tayrona, en el medio de las montañas. Aunque primero me negué, me dijeron que era tranquilo, 3hs de caminata por día, durante 6 días. Y como la estaba pasando bien con ellos, al final accedí.



Cierro los ojos, no imagino algo mejor
Respiro hondo y tomo el vino…
Y no te asustes si me río como un loco
Es necesario que a veces sea así
Será la vida que siempre nos pega un poco
Nos encandila con lo que está por venir.

Más lugares comunes en este viaje: tropezé con la misma piedra...

Salimos el martes desde Santa Marta: nosotros tres y una familia: padre suizo, madre colombiana y 3 hijos. Las 3hs de caminata por día se convirtieron en 6. Y los 6 días, en 5, porque los últimos 2 los hicimos de un tirón. Camino de montaña, subidas muy empinadas y bajadas tremendamente difíciles. Cruce de ríos, ripio, barro...no faltó nada. Es una mezcla entre el Camino del Inca, el camino desde Iruya a San Isidro, y la Ruta de la Muerte a Coroico. Pero no estaba tan bien acompañado como en esas ocasiones...

Además, uno visita la Ciudad Perdida el 4to día por la mañana (nada grandioso, unas ruinas sin mucho para destacar), y el regreso es por el mismo camino. Pero ya no hay motivación. Y el cansancio se nota. Lo único que me importaba a mi era llegar a tiempo para ver el partido contra Brasil. Aunque de haber sabido, me quedaba en la montaña...




¿Qué voy a hacer con tanto cielo para mi?
Voy a volar, yo soy un bicho de ciudad.
Bajo un árbol me refugio del calor
Y en el silencio, escucho el río.

Caminábamos por las mañanas, con el sol bien arriba nuestro, porque después del mediodía, siempre tormenta. Lluvias convectivas, que le dicen. No recuerdo haber transpirado tanto desde las pretemporadas veraniegas en Hindú... Todos los días fueron así, salvo uno en el que almorzamos en el campamento y salimos después. Todo lo que había en mi mochila se mojó, incluído mi diario de viaje. La puteada más chiquita la escucharon en Bogotá, creo...


En esos 5 días en la montaña dejé una remera, la mitad que me quedaba de la rodilla derecha, 2 vértebras y los gemelos de ambas piernas. En resumen, creo que me sirvió para saber que el trekking definitivamente no es lo mío. De ahora en más, solo playa.

Lo prometo.

Es perfecto el aire, la cumbre bajo el sol
De lo que quede de mí, te llevo un poco.
(Bicho de Ciudad, Los Piojos)

sábado, 5 de septiembre de 2009

Relax

Después de esos alocados días en Santa Marta, pasé varios días en las playas del Caribe colombiano.

Primero, en el Parque Nacional Tayrona y luego en Playa Blanca, cerca de Cartagena. Libros, música, siestas, hamacas, caminatas, fotos, atardeceres, noches estrelladas...