Si bien no hay una esquina como Times Square, con sus miles de lamparitas y leds brillando y titileando constantemente, la Ciudad de Panamá encadila. Por sus icontables rascacielos (y unos cuantos más en plena construcción), sus miles de comercios, centros comerciales y publicidades, sus hoteles de lujo, sus casinos y sus autos sin patente ¿?...
Definitivamente no parece una capital de Centroamérica (ya sé que es la primera que conozco, pero por lo que me imagino y lo que me contaron). Está muy desarrollada como un polo de negocios continental y mundial, tremendamente influenciada por la cultura yanki, con la que convivieron codo a codo durante más de tres cuartos del siglo XX. También tiene un casco viejo, pero no se compara con el de Cartagena.
Los supermercados merecen un párrafo aparte: miles de marcas, miles de productos, variedad y más variedad. Bien ganado tiene el apodo de "Miami del Caribe"... Tanta oferta termina mareando en lugar de beneficiar al consumidor.
La historia del Canal es muy interesante, tanto la construcción como la "pelea" diplomática que sostuvieron durante más de 50 años para obtener el control total sobre el funcionamiento y las tierras adyacentes. Pero no les voy a dar una clase de historia, así que no se preocupen...
Yo me enteré de muchas cosas en el museo de Canal Interoceánico, pero sobretodo rescaté algunas frases que me impactaron:
"The land divided, the world united" fue la marketinera frase que hizo imprimir Roosvelt en una medalla otorgada a todo trabajador que cumpliera 2 años seguidos en la construcción del canal.
Hablando sobre las muertes durante la construcción (derrumbes, malaria, fiebre amarilla), en el museo dice que "...fue el precio pagado por un segmento de la humanidad para que el resto de los hombres pudiese gozar y beneficiarse de los progresos del transporte mundial"
En un monumento: "Las fuerzas vivas del pueblo francés, genialidad innovadora, fe en el porvenir y confianza en la eficiencia del esfuerzo, se incorporaron a la acción enérgica, idealismo dinámico y espíritu previsor y práctico del pueblo norteamericano; y así fue posible la subordinación de la naturaleza rebelde a la voluntad de dos razas"
"Ni millones, ni limosna... ¡queremos justicia!" proclamó un presidente panameño para justificar el rechazo de la alícuota que pagaba Estados Unidos en la época de reclamo.
"Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre" Mt. 19:5,6
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