San Miguel es una muy linda ciudad, aunque un poco rara. El tema es que -no sé muy bien por qué- se transformó en lugar de retiro para gringos de más 60. Así que un domingo por la tarde en la plaza central uno puede escuchar hablar más en inglés que en castellano.
Más allá de este dato, San Miguel tiene mucha vida y muchas callecitas que valen la pena caminar. La Catedral impresiona con su estilo único, "mezcla perfecta de Gaudí y Disney" como dijo Tami.
Toda esta zona central-norte de México está tapizada por la historia, ya que personajes importantes nacieron o pasaron influyentemente por aquí, como Hidalgo, Allende, Pancho Villa, etc. Y esto se remarca mucho más ahora, que se festejan el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución. Pero al igual que en Argentina, este festejo es medio trucho ya que si bien el movimiento independentista comenzó en 1810 (como nuestra Revolución de Mayo), México no se declaró oficialmente independiente hasta 1821. Ya vendrá otro presidente a festejar los 200 años dentro de 11 más...
Desde San Miguel me fui a Guanajuato, siguiendo la recomendación de mi hermanecido Ale, quién acertó maravillosamente. Guanajato es hermosa. Una ciudad en el medio de las montañas, fundada por las ricas minas de plata y oro que allí se esconden. Los edificios coloniales, las fachadas coloridas, las plazas y placitas llenas de árboles, los teatros, los museos, los monumentos, las calles que se curvan y enriedan, los mil y un callejoncitos y los túneles que la cruzan por debajo hacen de ella un lugar ideal para los turistas, pero también para todos los mitos y leyendas que encierran.
Desde la historía del Pípila, el mítico personaje que incendió el edificio donde se atrincheraron los españoles, hasta el Callejón del Beso, donde dos enamorados (obviamente ella rica, él pobre) se besaban de balcón a balcón aprovechando lo angosto de esa callejuela, uno puede quedarse horas escuchando las historias que tiene esta ciudad.
Pero además, en Guanajuato me hospedaron (por couchsurfing.com) 3 chavitas divinas. Es que esta es una ciudad que vive básicamente por la Universidad, a la que asiste gente de todo el estado. Y Diana, Indira y Gaby, estudiantes de Artes, abren la puerta de su hermoso departamento a cualquier turista que pase por ahí. El día que llegué había 2 chicas de EE.UU., un chico de Ecuador y un belga. Cuando se fueron, cayó una pareja de gringos, John y Kim, muy buena onda. Así que mi estadía fue extremadamente agradable (como las empanadas argentinas que veden...).
Y por si todo esto fuera poco, el fin de semana nos fuimos todos juntos a León, donde vive la familia de Diana. Tienen una casa en las afueras, con un jardín enorme donde un servidor hizo asado a la argentina para todos los presentes. Y a pesar de que la carne no era de lo mejor, todos disfrutamos un hermoso día culminado con pastel de manzana con frutillas y helado.
El domingo cerró de manera perfecta festejando el campeonato del Bicho por las calles de León...
Lindo, cuánta actividad. Uncle J.
ResponderEliminarsiempre de a 3 ó 4 bombones a tu alrededor!!!!!! Será por éso que retrasas la vuelta???
ResponderEliminarNico querido! Yo que viví tu época de oro como futbolista en maranga, que sé lo que sentis el FULBO, esperaba una entrada al blog dedicada al BICHO. Se ve que las mujeres están haciendo estragos en tu vida. Felicidades CAMPEON!!! Un abrazo, Anibal.
ResponderEliminarNico Querido! Yo que viví tu época de oro como futbolista en maranga, que sé lo que sentís el FULBO, esperaba una estrada completa y dedicada al bicho en el blog. Se ve que las mujeres están haciendo estragos en tu vida. Felicidades CAMPEON! Un abrazo, Anibal.
ResponderEliminartambien sabes que soy un tipo muy ordenado y obsesivo-compulsivo...no puedo mezclar temas, este blog es del viaje.
ResponderEliminarigual, posta que festejé por las calles de León al grito de "dale campeón, dale campeón...!!"
...no se, yo tenia una idea un poco distorsionada de lo que era andar de mochilero; eso del servidor que te prepara asado en el gran jardin no me cuadra...
ResponderEliminarNo, Nico, es de pura envidia de la sana. Disfruta todo y cuanto puedas!