Esto arranca el martes, mi primer dia solo, despues de haber despedido a Nacho que partió el lunes a Baires. Recorrí Yavi, hermoso y tranquilísimo pueblo, para bajar un poco las revoluciones, caminar, leer y dormir siesta.
Después de un paseo, vuelvo a mi hospedaje y me encuentro con un grupo de 4 chicas y un chico argentinos, con la sorpresa (o ya no) de conocer a una de ellas de PSA. Como hacían el mismo viaje que yo, partimos el miércoles de madrugada a comprar los pasajes de tren de Villazón a Uyuni. Así que ahí estaba, viajando por Bolivia con Joana, Flor, Belu, Sol y Vito. A mitad de viaje ellos deciden bajarse también en Uyuni, aunque habían comprado pasaje hasta Oruro (gracias al camino verde...), así que hicimos juntos la excursión de 2 dias al salar.
Aunque ya había estado en las Salinas de Salta, esto es otra cosa... Si no me pasaron mal el dato (ay, Dionisio!) son 12.000 km cuadrados de sal, montañas, volcanes y... más sal.
Primer día de excursión, paso por el Cementerio de Trenes, visita a Colchani, donde se procesa y se hacen artesanías, estatuas, etc; visita al hotel de sal y luego a La Isla del Pescado (Incahuasi). Subimos al mirador, le ofrendamos puchos, anteojos de sol y púas a la Pachamama y después almorzamos. Imagínense eso: chuletas, ensaladas, cocacola (caliente) y manzanas (paposas) todo al borde del salar. Y al tomate le faltaba sal...(ay, Sol!!). Fotos, fotos y más fotos. Después de eso, una hora de viaje hasta el pie del volcán donde estaba nuestro hotel al ritmo de Cacho Castaña. Lo que habrá pensado la pobre Sarah (irlandesa)!!!


Salir del hotel, a la madrugada para escuchar el silencio y ver la oscuridad absoluta del salar fue toda una experiencia (gracias Steve Jobs por el iPod). Lástima que otra vez las nubes me impidieron ver el cielo estrellado, así que sigo esperando con ansias ese momento.
El segundo día, después de un desayuno continental con panqueques con dulce de leche incluidos, escalamos el volcán Tunupa(gran vista del salar). Los indígenas le asignaban a cada montaña una representación humana. Cuenta la leyenda que Tunupa era una mujer embarazada que escapaba de un pretendiente, pero que perdió el hijo. Así que se sentó a llorar y esperar su muerte. Y ella formó el salar, blanco por la leche que llevaba y salado por las lágrimas vertidas.

No sé si lo es, pero es magnífico, realmente. Según me contaron más tarde, solo el sábado se mueven 25 millones de dólares entre ropa, música, comida, hoteles y etcéteras. Miles y miles de bailarines, maquilladores, peluqueros, asistentes... y también miles y miles de pendejos (y no tanto) con bombitas, pistolas de agua, espuma y baldes!! Lo mejor de todo es que nadie se enoja cuando lo mojan o lo ensucian, y lo peor de todo es que no hay un mínimo rincón en la ciudad en el que se esté a salvo del agua...

A la tardecita, bondi a Potosí. Ya les contaré...
Nikissssssss!!!!!!! que bueno las experiencias que estás viviendo!!! pensaba cuando contabas del mercado de artesanías que tengas en cuenta, si te gusta mucho algo, el envío de cajas desde el exterior por el correo oficial via barco (creemos que mejor Perú que Bolivia) pero no te prives de comprar cosas por el peso... juntá varias y las mandás bien envueltas. Bueno, seguimos pensando tips y en breve te mandamos una enviada especial. TQM!! Mateo te extraña un montón!! besosssss
ResponderEliminarhola nico, me volvi loco para sacar una cuenta gmail, pero ahora ya la tengo. luego te mando un comentario util. beso.
ResponderEliminarHola cabezon!!!
ResponderEliminarQue placer leer lo entusiasmadisimo que estas, el lujo de detalles y el remolino de vivencias! Aparte que estas hecho un poeta, bravo!
Segui disfrutando, contandonos, sacando fotos y mostrandonoslas.
Besos
TJ
El tío me ganó de mano, no sabía que escribías yan bien, pendex. ¿Por qué no aprovechás, y vivís el carnaval desde adentro de la comparsa? besos, Gaby.
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