domingo, 29 de marzo de 2009

El Clásico del Pacífico

Perú vs. Chile, Estadio Monumental de la "U" (Universitario Lima).
Después de 2 bondis y 15 cuadras caminando (1h en total) llegué a un muy lindo estadio, raro en la disposicón. Un único anillo de tribunas, bajo con respecto al nivel del piso y palcos privados que daban toda la vuelta.
El partido de Argentina lo vi en el hostel, rodeado de peruanos que decían boludeces. Y el partido de Perú lo vi rodeado de peruanos que... decían boludeces. Al igual que en Buenos Aires, los partidos de la selección es más un ambiente familiar, muchas mujeres, chicos, etc. Y gritan cosas que me sacan, al estilo "Hacé gol!". Y el hit para la hinchada era gritarles "Rooootos!!!" a la barra chilena. Yo solo puteé a Bielsa.
Antes del match, salió al campo una banda militar. Tocaron "El Cóndor pasa" (no la versión de Simon&Garfunkel...). No pude evitar pensar en El Fenómeno y su flauta melódica... cuántos recuerdos del Anfiteatro, Tilcara, etc...!!
El partido no estuvo mal. Entretenido, ida y vuelta. Pero los peruanos son definitivamente el peor equipo del continente. La vuelta al hostel se hizo larga porque todos los bondis estaban llenos, pero sin problema. Lástima que me habían dicho que iba a ser un partido muy jodido y no me animé a llevar la cámara.

Más allá del partido, mi último dia en Lima fue de mala en peor:
.- había dejado un pantalón nuevo para que me arreglen los bolsillos y nunca lo hicieron. Para peor, el tipo cerró más temprano de lo que me había dicho el sábado y me quedé sin pantalón...
.- la librería donde había visto un libro barato para mi travesía amazónica no abrió hoy, aunque todos los otros negocios de la cuadra trabajaban...
.- el señor que tenía libros usados de A. Christie en una feria, hoy no fue, así que estiraré lo más que pueda los libros que tengo...
Necesitaba descargarme.

Limado en Lima

Dicen que este tipo de viajes "te cambia"... Alguien me dijo antes de irme que iba a volver "puto, travesti o cocainómano" (es chiste, mamá, no te preocpues), y Martu me preguntaba algo por el estilo antes de volverse. Estuve pensando y realmente no CREO que sea así. Que quede claro: creo, porque quizá en un par de meses pruebo alguna de las 3 opciones y me gusta...
Hablando en serio, lo que sí estoy seguro es que viajar -además de darte alas, Paki- te abre la cabeza. Estamos muy encerrados en nuestra rutina, en nuestra realidad, en nuestras costumbres y tradiciones. No escribo ninguna novedad, y mucho menos para los que viajaron por LatAm.
Pero estando acá uno se convence de que no hay verdades absolutas. De que los taxis no son solo amarillo y negro (de hecho en Perú son de cualquier color), que Buenos Aires no es la mejor ciudad del mundo (o si?) y que hay muchos otros locos que van "de Tucumán al DF", o incluso más que eso.
Yo no cambié mi forma de pensar, ni mis ideales políticos (¿?), ni mis gustos musicales (aunque los estoy ampliando), ni mi afición por los mapas y la ubicación (gracias al GPS), ni mi pasión por la fotografía y los atardeceres... Sigo siendo el mismo pero con más experiencias, vivencias, anécdotas, amigos...
Solo estoy un poco más flaco, tuve mucha barba, y tengo una pulserita y un par de collares: el primero fue porque quería algo simple que reemplazara una moneda española que supo colgar de mi cuello; el segundo es una cruz andinda o chacana que me compré cuando aprendí su significado, e cual pueden buscar en Wikipedia, ya que es muy interesante como relaciona los números 2, 3 y 4, que eran especiales para los Incas.

Estoy hace varios dias en Lima, una muy linda ciudad a pesar de lo que me habían dicho. Es muy, pero muy grande y los barrios son como municipalidades independientes. Cada uno tiene su servicio de recolección de basura, su intendencia, su escudo en los carteles de la calle, etc. El hostel está en el barrio de Miraflores, muy residencial y sobre la costa. Al rededor de la plaza central, la Kennedy, están todos los bares de moda, además de KFC, McD, BK, Pizza Hut, Starbucks, Dunkin Donnuts, etc. Hay torres muy altas (nombres como de Pinamar: Marbella, Mirador), autos de lujo, muchas camionetas y hasta paseaperros (es la primera vez que veo en el viaje, pero ni un sorete en las plazas)... Además tengo a una cuadra el Terrazas Tennis Club de Miraflores. Lo más piola que vi en cuanto a la urbanización fue el centro comercial Larcomar. Está en la costanera, pero aprovechando que Lima termina en acantilado contra el mar (antes de las playas) el shopping está "enterrado", con lo que no tapa la vista desde la calle, pero a su vez las terrazas de los cafés y bares siguen viendo al mar (no se entendió nada, no? miren esta foto: http://img3.imageshack.us/img3/1750/larcomarnh1.jpg). El paseo de la costanera está remodelado, muy lindo para caminar y ver el atardecer desde distintos puntos. Lo malo es que me cruzo muuuuuchas parejitas felices de la mano, dándose besos... Y en eso pensaba cuando llegué al "Parque de los enamorados", así que imaginensé la cantidad que había ahí!! Hay un monumento bastante feo y una hilera de asientos que simulan el Parque Güell, pero con los mosaicos y venecitas forman frases de poemas o cosas así...

También paseé por San Isidro, el barrio vecino y mucho más top, según me pareció. Tiene un parque muy grande rodeado de callecitas chiquitas con lomadas y sin semáforos que lo hace parecer a nuestro Shanishidro. De hecho hay una fuente con una piedra en la que se declaran ciudades hermanas de América. En esta zona están los grandes locales de las marcas importantes, embajadas, consulados y el Golf Club. Y volviendo a las parejas que se besaban, una noche fui a ver un ciclo de cine al aire libre, en una plaza. Pasaron Cinema Paradiso. Sin palabras. Otra tarde, sentado en un banco de la costanera, me vi repentinamente rodeado de una pelea de infantes entre 2 y 3 años, con sus respectivas niñeras tirando de cada uno para tranquilizarlos...


También fui a un parque muy grande con fuentes con aguas danzantes. Son más de 10 fuentes con luces, música y chorros que se mueven, forman figuras, etc. La verdad es que está muy bien hecho, hay juegos de láser, proyecciones, y algunas fuentes en las que uno puede incluso meterse.

Cosas que me molestan de Perú: que los taxistas te persigan tocándote bocina hasta que están al lado tuyo; que los auxiliares/cobradores de los bondis casi te agarren para que te subas, mientras te gritan a dónde te lleva esa línea; que te ofrezcan masajes en inglés; que la gente no sepa dónde está parada; que te digan que te tomes un taxi para ir a un lugar a 12 cuadras...y que acá haya KFC y en Buenos Aires, no.

Aproveché esta semana en Lima para escribir un poco cada día, por eso salió este blog con reflexiones, anécdotas, etc. Además, me desquito las ganas, porque pasaré varios dias sin escribir: el lunes vuelo a Iquitos y ahí me subo a un barco que me llevará durante 11 dias aproximadamente hasta la otra punta del Río Amazonas, Belem. Así que no sabrán de mi durante un par de semanas (no me extrañen...).

Ah! Por último les cuento que ya tengo mi entrada para ir al Estadio Monumental a ver Perú vs. Chile, por las eliminatorias. No me interesa el partido, aunque a los peruanos sí. Pero es más una cuestión política, ya que están en medio de un litigio limítrofe (por una zona marítima) con sus vecinos del sur. Va a ser un partido caliente, con más de 6.000 policías en el operativo... Yo solo quiero ir a putear 90 minutos seguidos al traidor de Bielsa. Una satisfacción.

domingo, 22 de marzo de 2009

El infierno y el paraíso

Y volvimos a Cusco. Después de Machu Picchu, cena en McDonald's y a la cama. A la mañana siguiente nos despertamos por última vez en esta hermosa y acogedora ciudad. Últimos paseos y (como era 17 de marzo) nos metimos en un pub irlandés, invitados por la banda con la que habíammos hecho el Camino Inca. La verdad es que parecía que estábamos en Dublín por la cantidad de irlandeses, la cantidad de cerveza que circulaba y lo borrachos que estaban todos...

A las 5 de la tarde nos tomamos el bus a Nasca. Deberíamos haber llegado a las 6 de la mañana del miércoles, pero tardó casi 3 horas más. Después de ese tremendo viaje y de dudar un poco (precio, ganas, temor) nos subimos a una avioneta Sessna para sobrevolar las famosas Lineas Misteriosas de Nasca. Qué contar de este vuelo... El despegue, ok; las primeras lineas, ok; pero el mareo empezó a subir, el sudor frío se sentía en todo el cuerpo y aunque olimos y olimos alcohol, ninguno de los dos pudo evitar el vómito. Es que esa cosa da vueltas para un lado, da vueltas para el otro y uno ya no entiende dónde está el horizonte.


Cuando aterrizamos (y después de unas horas para asentarnos) nos fuimos para Ica. Esta ciudad está en el medio del desierto peruano y no tiene ningún atractivo en particular, salvo un pequeño oasis a menos de 4km que es casi un barrio anexo a la ciudad.


Al rededor del Oasis de Huacachina hay algunos hostels, algunos bares, algunas pizzerías y...nada mas. Son 3 cuadras en donde se concentra todo. De hecho nos enteramos que es el único oasis con agua que queda en la región pero eran más de 15. Y ni siquiera este es natural ahora, sino que cuenta con un sistema para mantenerlo con agua por la actividad turística que genera.
Nos instalamos en un hermoso hostel plagado de israelíes, vaya a saber Dios (Jehová en este caso) por qué... O sea, no era un grupo de 40, sino muchos grupos de 2 o 3 chicos y estaban todos ahi.
Pileta, paseos por las dunas, siesta, BBQ libre a la cena, y...sandboard! Buggy, que salta por las dunas, bajada en la tabla, mucha arena en la cara y mucha diversión!!! Nos merecíamos un par de días así antes de terminar el viaje (de Martu) en Lima. Y de hecho ahí, en ese paraíso empezó su cumpleaños 21... Nada mal me parece...

viernes, 20 de marzo de 2009

Machu Picchu

Podría poner mucho nombres más originales, pero no tiene sentido. Esta entrada del blog es para relatar lo que vivimos durante los 4 días que recorrimos el Camino del Inca que nos llevó de Cusco a La Ciudad Perdida de los Incas. Lo gracioso es que cada día, mientras caminaba, pensaba en lo que escribiría en el blog. Y cada día cambiaba en mi cabeza lo que pensaba de todo lo que estaba viviendo... Pasé por varios estados, como intentaré describir, en lo que realmente fue una experiencia memorable en muchos aspectos.

La excursión empezó con ciertas dudas en los dias previos. A cerca del precio, del clima, de la carga que teníamos que llevar, del grupo de compañeros que nos tocarían, etc. Estas dudas empezaron a despejarse el viernes 13 a las 6.10 am, cuando nos buscaron por el hotel. El bus se fue llenando de gringos y un par de argentinas. Hay una parada técnica en Ollantaytambo, a 2hs de Cusco para hacer algunas compras como víveres, bastones, ponchos para lluvia... De ahí nos llevaron al famoso km 82, donde -después de una charla con los guías- comienza oficialmente el camino (sello en el pasaporte incluído).


Ese primer día de caminata es relativamente tranquilo, como de entrenamiento o preparación para lo que vendría. Un par de horas hasta el lugar del almuerzo y un poco más después, para alcanzar el primer campamento. Los porteadores y cocineros van siempre delante, o sea que uno llega al lugar y están armadas todas las carpas y la comida (ya sea almuerzo o merienda) esperando. Este día también sirvió para empezar a conocer el grupo, sobretodo al resto de argentinos (Fede, Lucía, Sol, Vero y Marina). Aunque era la noche previa a mi cumpleaños, a las 21.30 estábamos durmiendo, ya que nos habíamos levantado a las 5am y nos despertarían a las 5.30 la mañana siguiente...

Cuando nos golpearon la carpa, con el té de coca caliente esperando, recibí mi primer regalo: beso y chocolate de parte de mi hermanita! En el desayuno -muy potente por cierto- me saludaron también algunos que se fueron enterando. Y cuando todos terminamos, empezó el suplicio: el segundo día es definitivamente mortal. Son varias horas de caminata en subida constante a más de 4.000 msnm. Y si encima de eso hay lluvia, frio, y es el día de tu cumpleaños, uno se replantea varias cosas: "Por qué no me tomé el tren?", "Quién me manda a hacer esto...?" y otras preguntas por el estilo fueron cruzando por mi cabeza durante esas horas.


Finalmente, después de 8 interminables horas, llegamos al campamento. Este día no se camina después del almuerzo, por el esfuerzo que ya habíamos hecho. Así que cuando terminamos de comer pudimos ir a dormir una siesta antes de volver a la carpa a merendar. Aunque el guía primero dijo que era optativo, después nos dijo que tenía algo que decirnos, asi que todos teníamos que estar a las 17.30 ahi...
Aunque primero no me avivé, justo antes de volver a bajar, me di cuenta que la obligatoriedad del "tea time" algo tenía que ver conmigo. Y no me equivoqué: me encontré con dos tortas que rezaban: "FELIZ CUNPLE NICOLAS" (sic). Así que nada más imagínense mi sorpresa ahi sentado con 20 personas de las cuales conocía a una sola conocía por más de 2 dias... Había 5 argentinos más, los 3 guías peruanos, 2 chicas canadienses, 2 irlandesas, un australiano, una pareja de daneses, 3 suecos, una noruega, una japonesa y un sudafricano que me cantaron el feliz cumpleaños en varios idiomas...!!! Y todos estaban agradecidos por comer una torta en el medio de la montaña, así que fue beneficio mutuo.
Todo era raro: la sensación de pasar mi cumple ahí, con gente desconocida, sufriendo pero al mismo tiempo disfrutando las experiencias, conociendo a esa misma gente que fue tan buena onda durante los 4 días, tratando de entender cómo un cocinero de 61 años se las arreglaba para cocinar un bizcochuelo en la selva...en fin... Después de la merienda y la posterior cena (una hora más tarde) nos dormimos, un poco mojados y bastante cagados de frío.
El tercer día es más tranquilo en cuanto a la subida, pero es bastante más largo que el segundo. pero como el clima era más benévolo, se disfrutó un poco más. Pudimos admirar el paisaje, difrutar el almuerzo y los grupos arqueológicos que nos cruzamos, caminar más tranquilos... Ah, cierto! Esto fue gracias a que como pequeño "regalo de cumpleaños" contratamos un porteador extra para la mochila grande que teníamos...jeje. Realmente fue muy útil. El último campamento es el más "civilizado": duchas, bar, restaurant, etc. Así que (aunque no nos bañamos) degustamos unas cervecitas mirando las montañas y después de un par de pisco sour con Martu dimos clase de baile!!
Y que sería de todo esto sin el cuarto y último día: despertador 3.50 am, desayuno 4.15am y a esperar que abra el puesto de control. Esa espera puede ser amortizada por un iPod y parlantes con todo tipo de música mientras empieza a aclarar el cielo, como hicimos con las chicas canadienses e irlandesas. Y desde ahi, a correr si uno quiere llegar a estar entre los 400 privilegiados que suban al Waynapicchu. Pero eso no estaba en mis planes, me lo tomé con calma, caminé disfrutando de ese momento por el que tanto había "sufrido". Seguí puteando contra el clima, las bajadas, las subidas, las escaleras, etc, hasta que de repente...llegué: cuando uno sube el último escalón que lo lleva a la Puerta del Sol entiende todo, se olvida de todo, y acepta que sí, ok, valió la pena. La vista de Machu Picchu desde ahí arriba no tiene precio, pero lo mejor de todo es que esa sea la PRIMERA vista. Porque los turistas que llegan por abajo tienen que pasar antes por la ciudad si van a ese punto.
Había una pequeña bruma que le daba un toque mágico, si es que se le puede dar un toque mágico a algo tan mágico de por sí. Fotos, filmaciones, sonrisas, descanso. Y después, a bajar una hora más, porque no...todavía no llegaste. Ya en la ciudadela decidí jugármela por el Waynapicchu, el monte que se ve en la clásica postal. Subimos con varios de los chicos del grupo, una escalada mortal, casi de andinista. Pero otra vez, la vista desde ahí vale la pena como para esforzarse. El tour, el paseo y el regreso a Cusco (via Aguas Calientes y Ollantaytambo) quedan solo como una anécdota en medio de tanta cosa vivida. No creo que las fotos puedan reflejar todo lo que pasamos, todo lo que vivimos, todo lo que sufrimos y disfrutamos, pero que al menos sirva como pequeña muestra.
Desde aquí, mi agradecimiento a todos los que hicieron posible esta aventura, al grupo, a los guías, a los porteadores y muy especialmente a mi compañera especial de viaje, que lo vivió conmigo.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Reflexiones cusqueñas

Frené. Frenamos, en realidad...

Después de pasar por Puno y Arequipa llegamos al Cusco. Y como recién había lugar para hacer el Camino del Inca para una semana más tarde, aquí tuvimos que esperar. Pero -otra vez- igual que en Potosí, es una buena ciudad para hacer un alto en el viaje, descansar, tomarse las cosas con calma y disfrutar un poco.


De hecho hay varias coincidencias con Potosí: además del clima agradable que nos tocó, ambas ciudades fueron extremadamente importantes en la época del Virreynato, pero ahora no son capitales de sus países. Y en las dos la oferta cultural es abundante: museos, calles con historia, plazas, iglesias, etc. Y no solo eso, la noche cusqueña es inagotable: bares, centros culturales, galerías, etc. De hecho, el barrio de San Blas parece una mezcla entre San Telmo y Palermo Viejo o Hollywood, con barcitos, shows en vivo, restoranes, etc. En un bar llamado 7 Angelitos vimos 2 bandas: una muy buena que hacía temas de Doors, Zeppelin, Floyd, Strokes, etc con un gran guitarrista y un gran baterista. La otra, más improvisada que tocaba Marley, Sumo, Los Cafres, Cadillacs, pero en un clima más de fiesta. Muy buenas noches, con argentinos, chilenos, franceses y yankis.


Como decía, nos tomamos las cosas con más calma por los días que íbamos a pasar en la ciudad. Así que aprovechamos que estábamos en hospedaje un poco más "hotel" y menos "hostel" (léase baño privado y tele en la habitación) y dormimos siestas, miramos películas (con cena de McD incluída) partidos del Clausura, la Libertadores y la Champions (yo, no Martu), etc.


Ojo! También paseamos, eh? Caminamos bastante por la ciudad, que es realmente hermosa. Fuimos a un par de museos (no muy bien puestos lamentablemente) y a las ruinas Incas que están en las afueras de la ciudad y en las poblaciones cercanas (Valle Sagrado). En esta última excursión nos tocó un guía muy bueno que nos explicó mucho y nos dio una clase de historia peruana en el micro de vuelta a la ciudad. Ya no me quedan dudas que el guía representa como mínimo el 80% de la excursión. Es increíble como cambia algo cuando te lo explican bien y lo hace alguien que sabe realmente lo que cuenta.


Hay también un par de cosas "raras" en Cusco para comentar:
.- el 90% de los autos son japoneses u orientales (Toyota, Daewo, Mitsubishi, etc). Vi un Gol y un 206
.- en la calle te ofrecen lo que quieras: cigarrillos del Che, Ray-Ban a 1 Sol, masajes...
.- los guardias urbanos no te dejan acostarte en los bancos de la plaza (la foto me la saqué justo antes de que sonara el silbato)
.- una nena nos dijo que la comida preferida de la presidenta Cristina era el asado, las empanadas y el dulce de leche, antes de pedirnos una moneda
.- hay un McDonald's al lado de la Catedral en la Plaza de Armas
.- cuando nos quieren vender algo, siempre nos hablan en inglés (creo que le ven cara de gringa a Martu...)


Mañana salimos para Machu Picchu, uno de los puntos más fuertes del viaje. Espero que no se me apune la compañera...

jueves, 5 de marzo de 2009

NOB (NorOeste Boliviano)



La Paz es un CAOS. Verdaderamente esa ciudad está colpasada. Hay muchísimos autos, muy pocos semáforos, veredas muy angostas, smog, polución visual y sonora... Según me explicaron, por lo empinadas que son las calles, el peatón no tiene prioridad, así que los autos tocan bocina cuando llegan a la esquina y siguen de largo. Si frenaran, les sería muy difícil volver a arrancar.
Los bondis son minibuses con 2 empleados: el chofer más uno que va colgado de la puerta gritando el destino. Como los que salen del centro a Quilmes, Bernal, etc. Pero estos gritan mientras va circulando: "Estadio! Estadio! Elctropaaaz...!!! Un boliviano!!!" Obviamente no hay paradas, así que la gente se sube en cualquier lado y empiezan los bocinazos.
Además, los puestos callejeros invaden las veredas, las plazas, todo. Todo se vende en la calle, desde empanadas y pollo frito hasta artículos de perfumería, electrónica, gaseosas, galletitas... todo.

Paseé un rato y después fui al aeropuerto a buscar a la enviada especial desde Buenos Aires...mi hermanita, que vino a hacerme compañía por 3 semanas, desde La Paz hasta Lima. Volvimos al centro y seguimos paseando por la ciudad. Después de cenar pollo frito en un local de fast food (con Ana, Eli y Diego), nos fuimos a dormir, porque nos esperaba un dia agitado.

A las 7am nos buscaron por el hostel para ir a Coroico, en bici, por el "Camino de la Muerte". Otra experiencia más, y van...
El tema es así: Coroico es un pueblo a 3 hs de La Paz, en el medio de la montaña, al que se llegaba por un camino de ripio, pegado a un precipicio y de un solo carril. Ahora hay una ruta nueva asfaltada y el camino viejo se usa solo para "turismo aventura". Son 6hs andando en bici, pero solo se pedalea unos minutos, porque el camino es todo en bajada. La combi nos dejó a 4700 msnm, en las afueras de la ciudad, con lluvia y -6ºC. Desde ahi, con todo el equipo puesto arrancamos la travesía. Martu se mareó un poco, así que hizo un tramo (corto) en el micro.
Si uno no va tocando el freno, la velocidad a la que se llega es impresionante!! Y hay un par de curvas cerradas, piedras, saltos de agua, etc, que hacen el camino mucho más divertido!!
Se va parando cada 20 min para mantener juntos el grupo, comer algo (bananas, chocolate, cocacola) y sacar fotos... Cuando bajamos de los 2000 msnm y salimos de las nubes, apareció el sol, nos sacamos los abrigos e hicimos el ultimo tramo disfrutando del camino más que del frío. Ni Indurain y Armstrong ni los hermanos Curutchet...Martu y Nico!

Después de almorzar el micro nos dejó en Coroico (el tour vuelve a La Paz). Dormimos en un hermoso hostal con linda vista, buena ducha y amplias camas (nos lo merecíamos). Al día siguiente, después de caminar por el pueblo volvimos a La Paz y salimos derecho para Copacabana. En el micro, una banda de chilenos con quienes nos hospedamos y pasamos una noche muuuuy divertida a pesar de la lluvia (Ah! y me deben 20 Bs...jeje)

Este pueblito, al borde del Lago Titicaca está tomado por hippies argentinos. Parece Villa Gesell... Igualmente es un hermoso balneario con lindo clima, barcitos, restós y mucha buena onda. De ahí tomamos un bote por la mañana a la Isla del Sol. Esta isla es el lugar mítico del nacimiento del Imperio Inca (Todo comenzó, algún tiempo atrás, etc etc...). Nos encontramos (después de mucho subir) con Hernán y Andrea (amigos mios de Buenos Aires), con quienes había arreglado previamente. Paseamos con ellos el domingo y pudimos ver las increíbles vistas y la paz de ese lugar. Decidimos quedarnos unos dias en la isla, haciendo fiaca.

Volvimos a Copacabana y decidimos estar un día más ahí antes de salir para Puno. Última noche en suelo boliviano. Perú nos espera...