LCI

Little Corn Island. Otro paraíso (uno más, y van...). Minúscula isla, se le puede dar la vuelta entera en una caminata de 1 hora. Pero de este a oeste, 20 minutos alcanzan. Y el cambio se nota. Del amanecer al ocaso, de sin electricidad a generadores, de cabañas en la playa, a casas y hoteles, de vendedores ambulantes a restaurantes y tiendas de buceo. De la paz y tranquilidad, a la civilización. Aunque todo a escala, por su puesto. Un pueblo mínimo, pero que hace la diferencia.

Pensé en quedarme. Buscar un curro y otra vez tirar el ancla (y tirarne a la hamaca). Es que es tan tentador... Pero la verdad no sentí lo mismo que en Bocas, la comodidad y la buena onda de todo el mundo en 1 semana. Así que fue un paso más.

Mucha siesta, mucho descanso, fogatas nocturnas, alguna que otra langosta y esporádicas caminatas en la playa. Mucha lectura en la hamaca, también, que me permitió conocer más acerca de las dictaduras somocista y trujillista (a propósito de esta última, recomiendo "La Fiesta del Chivo" de M. Vargas Llosa, acerca de la dictadura de Trujillo en R. Dominicana).