domingo, 23 de agosto de 2009

Springbreak...!!!



Estos dias estoy poco inspirado -o quizá un poco fiaca-, así que volveré a plagiar. Esto lo escribió un irlandés con el que compartí una semana en Santa Marta, describiendo esos días:

Swimming, dancing, singing, laughing, talking, listening, cuddling, sailing, cooking, eating, drinking, musing, giggling, tiggling, cleaning, loving, living, enjoying, smiling, watching movies, walking the dog...

Que las fotos hablen por sí mismas...









miércoles, 19 de agosto de 2009

Acto Primero

Si bien el punto lógico para hacer un balance o algo parecido hubiera sido el momento en que pase a Centroamérica, mi viaje relámpago a Buenos Aires resultó un quiebre importante. Fue como volver a empezar el viaje, una segunda etapa. Así que teniendo en cuenta que ya van más de 6 meses de esta aventura, voy a aprovechar este hermoso mail que me mandaron hace unas semanas –guardando la fuente en secreto- para que sirva de resumen, de cierre de la primera parte:

Nico querido.

Tu viaje por “Abia Yala” ha tomado forma e imagino en mi cabeza la ruta que fuiste recorriendo, caminando y “sin volver la vista atrás”.

Atrás quedó tu cruce con el indígena Daniel, tu noche en el desolado Anfiteatro, tu paso por uno de esos pueblitos de cuento como Purmamarca, tu viaje a las nubes y al blanco mar. Atrás también quedó tu paso por el pueblo colgado de la montaña, que casi impide que te vayas, tu paso por Uyuni, tu paso esquivo por el carnaval “más grande” del mundo. Atrás quedó tu contacto con la historia de Potosí. Viviste el caos de la Paz, tu cumpleaños, la bruma mágica que despierta a Machu Picchu. Hasta llegaste al paraíso! También te diste el gusto de descargarte con EL LOCO. Atrás también quedo tu cruce por el Amazonas, donde preferiste transmitir una foto, en vez de mil palabras. Te diste “el gusto” de conocer las Guyanas. Atrás también quedó la satisfacción de haber cumplido el sueño del pibe, y también el gusto de burlar la ley. Atrás quedaron los desafíos de Wini con el cuñado y mucho más atrás el peludo que te pegue antes de que te vayas. Atrás va quedando la isla, el barco y el espantamóvil. Atrás van quedando experiencias, vivencias y anécdotas de todo tipo y color. Atrás va quedando gente que puede hacer todo a un lado y ayudar o dar una mano a quien lo necesita.
Mientas más atrás van quedando estas vivencias, más avanzas y más cerca estás de tu retorno. Una de las cosas más lindas de viajar, es volver.

Si bien no estoy asociado a CouchSurfing, sabé que acá en casa (ah, me mudé) tenés un lugar.

Con los años poco va a importar tu perdida del Pen drive de 16 GB, porque las sensaciones que tuviste, no lo transmite una foto, hay que estar ahí para sentirlo.

Desde ya que los viajes cambian a las personas, en el sentido bueno de la palabra! Te felicito por encararlo. No todos tenemos los huevos, y vos sí, vos los tuviste! Seguí disfrutando del día a día, de lo que queda, de lo que pasó.

"Si te llamas Nicolás, vivirás"...

Telón

lunes, 10 de agosto de 2009

Tachangou

"Necesito vacaciones en la playa después de esta semana..."

Fue la frase que más repetí a en mi corta estadía en BA. Es que realmente no paré un minuto. Estuve a mil casi todos los días viendo amigos y amigas, familiares, gente a la que extrañaba y que me extrañaba.

Perdón a los que no pude ver y a los que ni les avisé, porque realmente mi estadía fue muy corta. La excusa era aparecer de sorpresa en el cumpleaños de 60 de mamá, como se ve en el video más abajo (ver SORPRESA!!). Por suerte el plan detalladamente calculado con mis hermanas y mi cuñado salió a la perfección.

Y a mi me sirvió para recargar pilas y salir otra vez a la ruta a continuar mi aventura...

Pero por suerte, sí tuve mi semana de descanso en la playa.

Y excelentemente acompañado por Vero, Juan y Mateín. Recorrimos las playas de Cumaná, el Parque Nacional Mochima, comimos arepas y estuvimos un par de dias en Caracas antes de que ellos volvieran al frío porteño.




Yo, por mi parte, encaro para Colombia. Espero poder escapar de este bendito país. Es que "Venezuela te jala..."

Antes de partir, me conseguí una nueva compañerita de viaje, bien chiquitica, como me gustan a mi... Para no estar tan solo, aproveché el día del niño y me hice un autoregalo:

¿Volver?

Si bien el viaje es fantástico en mil aspectos, hay momentos puntuales que son los primeros que me vienen a la memoria cuando empiezo a hacer un recuento. Suelo hacer listas de las cosas que más me gustan, pero siempre me cuesta poner un orden. Ya sean películas, bandas, libros... o en este caso, los lugares del viaje.

Por eso prefiero recordar que cada momento, lugar, situación o anécdota tuvo lo suyo, algo en particular que la hizo especial. Sin embargo, dentro de éstas hay muy pocas, las más especiales, que me generaron una sonrisa plena, auténtica e indisimulable.
Una la comenté allá por febrero, en Tilcara, al son de Divididos; otra fue la llegada con Martu a Machu Picchu, escuchando Karma Police. También me acuerdo de cómo me reía al entrar a la Guyana Francesa, casi sin entender dónde estaba; o cuando por fin llegué a la playa, en la isla de Coche; o haciendo la plancha en el mar turquesa de Curaçao...

Pero la última fue demasiado especial. Ni yo podía creer la sonrisa y la piel de gallina que me surgieron el miércoles 22 de julio cuando el avión empezó a bajar y al pasar las nubes apareció ante mi una alfombra de luces amarillas titilantes... Me costó ubicarme, pero después de unos minutos encontré la autopista, la inclonfundible forma de la General Paz y unos edificios altos que me confirmaban que estaba aterrizando en Buenos Aires. Suena a lugar común, pero no pude evitar (aunque ya debía apagar cualquier aparato electrónico) poner a Gardel en el iPod. Y sí, es que era el "parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando mi retorno...". Aunque fuera por una semana, nomás.

Vero quería encontrar a toda costa el tema para cerrar este blog, pero nada me convencía. Es que realmente, cada vez que puse una parte de una canción fue porque lo sentía, porque tenía algo que ver con el lugar, el momento, la gente, un mensaje especial para alguien... Pero siempre surgió naturalmente, nunca fue algo forzado.
Así me di cuenta que no había ninguna canción en particular, sino que simplemente amo esta "puta ciudad" como dice Fito (perdón, Rodolfo, je), su gente, sus calles. Y creo que Joaquín se equivoca feo cuando dice que "al lugar donde fuiste feliz no debieras tratar de volver..."

Por todo esto, como cantó Marcelo en el cumpleaños de madre, "te declaro Buenos Aires mi ciudad"

sábado, 8 de agosto de 2009

SORPRESA...!!!!!

Detalles a tener en cuenta: los 5 segundos que tarda papá en caer (se agarra la cabeza) y la excusa de Vero para retenerlos en la cocina...

En la próxima entrega: mi alocada semana en Baires...