Al fin, el mar

La mer, la mer, toujours recommencé, como decía Alejo Carpentier y como dice Adri cada vez que llegamos a Las Flores. Aunque esta escena no transcurre en Las Flores, como el cuadro de la tía Ele. Esta escena es en la Isla Margarita, Venezuela. Después de más de 3 meses viajando, llegué a la playa. Y vaya que lo necesitaba. Pero vamos en orden...

Después de un micro, otro micro, un ferry tipo Buquebús (bastante más viejo) y un micro más, llegamos con Sebastián a la Isla, donde supuestamente había un chico de CouschSurfing que nos hospedaría. Pero aunque lo llamamos a las 8am del domingo, estaba laburando. Así que vagamos con las mochilas todo el dia. Dormimos un rato en la plaza, nos metimos en McD a disfrutar del aire, y vagueamos por ahí, hasta que Michelle volvió a su casa, a la tardecita. 

Ahí conocimos a Carla, una chica argentina que vino a laburar unos meses aquí y está viviendo en la misma casa hasta que consiga un depto. Michelle es venezolano, pero vivió muchos años en Argentina. Aquí vive con su hermana, su cuñado y sus sobrinos, todos con muy buena onda. Un ambiente muy argento.

El lunes, feriado, nos fuimos los cuatro a Coche, una isla más pequeña a 40 min en lancha. Linda playa, pero nada del otro mundo. Mar calmo, pelícanos, lanchitas, catamaranes, etc. Pasamos el día en la playa y acampamos allí mismo. A la noche, en uno de los hoteles que están sobre la costa había una fiesta. Primero Seba canjeó su disco por comida para todos y después nos mezclamos con los turistas en un fogón en la playa y robamos un par de caipirinhas, a pesar de "no tener la pulserita".

Volvimos a media tarde del martes, tentados con milanesas. Así que entre los invitados cocinamos una linda montaña de milanesas y varios kilos de puré. Casi como un viernes cualquiera en casa de mamá. Linda cena familiar.

En el ferry a la isla habíamos conocido otro argentino, Esteban, que vive hace más de 20 años en Venezuela. Un tipo muy abierto que a los 5 minutos ya nos había ofrecido una habitación en su casa. Es un personaje con todas las letras. Se fue de Argentina y nunca más volvió. Tiene una posada y vive de eso, aunque ya no trabaja. Me encontré con él el miércoles a la tarde para ver la agónica clasificación del Barcelona a la final de la UCL y compartir unas cervezas. Repitió la invitación y también nos contó que está poniendo a punto un velero para salir a navegar...
Más tarde llegaron Seba y Carla y fuimos a lo de un amigo de Esteban a cenar, en donde también estaba un yankee.

Ahí la situación era medio rara. Aunque había muy buena onda, yo estaba sentado entre un ex combatiente de Vietnam y un ex argentino (vivió más tiempo afuera que adentro, entre las Antillas, Los Angeles y Venezuela) que se declaró de extrema derecha. Tenía pinta de Pacino en Scarface. Camisa hawaiana abierta, collares, bigotito canoso con un estilo mezcla hitleriano y chaplinesco. El señor había militado en Tacuara (yo no sabía lo que era y me lo explicó bastante detalladamente...incluyendo el dato de que se paseaba armado a los 15 años) y le daba vergüenza ajena que una comunista fuera presidenta del país. Igual me dijo que se salió porque eran antisemitas y el tenía una novia judía (menos mal). Ah, no les dije que yo estaba con mi remera roja con la estrella amarilla bien grande en el medio...Ups! "Esa estrella es Chavista?" "Ehhh...no... Me la regalaron..." Más allá de todo esto, fue otra cena agradable, churrascos con ensalada mixta, whisky, ron, vino y cerveza. Al fin y al cabo, todo cuenta como experiencia...no?

Nico, Seba, Carla abrazada por Esteban, el pelado es Bill, ex combatiente y Eduardo, el dueño de casa.